CRONICA DE UNA DURA DERROTA
Cuesta creer la manera en la que se perdió
el invicto que se traía hasta el momento contando partidos amistosos y
oficiales (seis, entre el torneo de árbitros y el preparación).
Digo esto porque el partido frente a San Antonio (rival sobre el cual no
teníamos referencias) se presentó con muchas oportunidades de gol a nuestro
favor en el primer tiempo, contabilizando cuatro o cinco situaciones claras
entre Nano, Cabra, Pichon y Raúl y solo una para el rival en la que el
arquero pudo desviar con la mano cambiada un cabezazo junto al palo que tenía
destino de red.
El partido en la primera etapa mostró a Molinera tomando el control de
las acciones, sólidos en defensa, manejando el mediocampo con criterio, con una
buena distribución de los pases y generando desacoples en la defensa rival que
entró bastante desconcentrada y con muchas dudas en la toma de las marcas y en
la salida desde el fondo.
Todo ello generó que se recupere rápidamente
el balón y se genere peligro en el campo
rival, tal es así que en la primera llegada a fondo Pichon definió de zurda
junto al palo transformando el 1 a 0 a nuestro favor.
A
partir del gol, y por lo que se veía en la cancha, parecía que el resto de la
tarde iba a ser tranquila, sobre todo a partir de las situaciones claras que se
generaron posteriormente y que
lamentablemente se desperdiciaron. Pero ninguno de los presentes imaginaba cómo
todo ello iba a repercutir negativamente en el desarrollo del partido en la
segunda etapa, y sobre todo por la notable incidencia de un personaje que hasta
el momento no tenía protagonismo: el árbitro.
EL SEGUNDO TIEMPO: EL ÁRBITRO, LOS GOLES
RIVALES Y LAS EXPULSIONES
El inicio de la segunda etapa mostró al equipo rival un poco más
agresivo en la marca, sobre todo en el medio campo, sector donde San Antonio
tenía a sus mejores valores, recuperando rápido el balón e intentando llegar a
nuestra área con pelotazos cruzados para el pelado y peligroso delantero que
presentaba el rival; además empezaron a
pitarse a su favor varios fallos de pelotas divididas los cuales generaron
peligrosos centros al área nuestra.
Y fue en una de esas jugadas que derivó en el empate rival a través de
una desafortunada acción en donde Pablo despejó una pelota cerca de la línea
del arco rebotando en el talón de su compañero Caio y generando el gol en
contra.
A partir de allí, el equipo rival mostró más actitud que juego, pero
sobre todo favorecido por el accionar del árbitro que empezó a inclinar la
cancha a favor de San Antonio cobrando casi todos los fallos a favor del equipo
rival.
Luego vino el segundo gol en otra jugada infortunada, dado que en un
centro desde el costado derecho, la pelota pegó en la mano (sin intención) de
un defensor de Molinera, en donde el árbitro pitó penal generando la airada
protesta de todo el equipo sin lograr modificar la sanción… penal y 2 a 1 para
San Antonio.
Los ánimos se encontraban muy caldeados en Molinera, tal es así que vino
la primera expulsión de Pablo Ruiz por doble amarilla (la segunda por exceso
verbal), esto generó más bronca e impotencia en el equipo, pero a pesar de
ello, y con más coraje que fútbol logramos generar oportunidades en el área rival,
incluso la más importante de todas en donde en un pase cruzado hacia la
izquierda se habilitó correctamente a Ramiro que de zurda y al palo izquierdo
del arquero decretaba el transitorio empate en dos, pero que el línea
inhabilitó por supuesta posición adelantada de Ramiro, generando más reclamos
todavía hacia los árbitros que no se retractaron en ningún momento.
Ya culminando el partido y con todo el equipo adelantado, en una contra letal, el pelado delantero
rival decretó el 1-3 definitivo.
El final mostró a todo el equipo de Molinera
increpando al árbitro del partido quien en ningún momento se inmutó, así como
el juez de línea que lo acompañaba. Esto generó la expulsión de otros tres
jugadores nuestros por exceso verbal (Hache, Alberto Zorribas y Fernando Zambón).
A MODO DE REFLEXIÓN
Dura derrota, porque se pudo haber ganado el partido sin mayores
sobresaltos (sobre todo por las oportunidades desperdiciadas en el primer
tiempo –lo que genera un llamado de atención de cara al futuro, porque lo que
se pierde en el arco rival luego se paga en el propio-) y sin depender del
árbitro.
Tenemos un buen plantel, con buenos jugadores y sobre todo con
variantes, por lo tanto tenemos que aprovecharlo, hacer nuestro juego y no
depender de nadie.
A pesar de que el árbitro influyó en demasía en el resultado, tenemos
que aprender como lección que no podemos cuestionar los fallos una vez que se
producen, ya que las expulsiones nos
limitan para los próximos partidos a pesar de contar con un plantel numeroso.
Otra observación importante, es la de balancear bien los cambios sobre
todo en el sector del medio campo, ya que es la zona de recupero del balón y de
la gestación del juego ofensivo, y además, porque generalmente desde allí se
abastece a los delanteros.
La idea es mantener siempre un esquema de juego 4-4-2, en donde en el
medio campo se mantengan siempre dos de marca (uno puede tener juego además) y
dos que si bien no son de marca por características propias (pero que marquen
igual), sean los generadores de juego.
Material para ello…tenemos de sobra.-
FERNANDO JOSE CORDOBA
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